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Dulce

Gominolas

Ingredientes
- 1 sobre de gelatina con sabor (fresa, naranja, piña...)
- 2 sobres de gelatina neutra en polvo
- 200 g de agua
- 300 g de azucar
- Aceite de girasol para engrasar el molde

Preparación

- Poner todos los ingredientes en un cacito y remover hasta que empiece a hervir
- Manchar los moldes con aceite de girasol
- Echar la mezcla
- Meter en el frigorífico hasta el día siguiente
- Desmoldar y si se desea, pasar por azucar

La receta me llega por correo, dicen que inicialmente estaba en un blog de partos múltiples (no tengo la referencia, sorry)

Dulce de tomate

Dulce de tomate

Por: Silvia Mayra Gómez fariñas

recetasdelaabuela.blog.com

maygofar@yahoo.com

4 Servicios

 

Ingredientes:

Doce tomates maduros, 1 taza de azúcar blanca, 4 tiras de corteza de limón, una pizca de sal.

 

Preparación:

Pase los tomates por agua caliente  para sacarles la piel. Si lo desea  puede hacer dulce  sin sacarle esta. Déle un corte al tomate para extraer las semillas. Lávelos bien y colóquelos en una cacerola. Añada el azúcar, la corteza de limón, la sal y cúbralo con agua.

Cocine a fuego mediano hasta que se consuma el agua,  el almíbar espese y el dulce se abrillante.

Acompáñelo con queso o queso crema.

 

 

 

 

Postres cubanos

Postres cubanos

Ciro Bianchi Ross

 

¿Se ha puesto usted a pensar alguna vez en esa maravilla que son los postres cubanos? ¿En cuánto de arte, equidad, paciencia y gracia hay en cada uno de ellos? ¿Qué me dice de los buñuelos, del bocado de reina, de las yemas dobles? Hasta el modesto matahambre  requiere de cuidados extraordinarios en su elaboración, sin contar que para prepararlo hay que tener a la mano no menos de trece productos.

            En Paradiso, Lezama Lima hace decir a doña Augusta, la abuela de Cemí: “Hoy tengo ganas de comer una natilla, no como las que se comen hoy, que parecen de fonda, sino de las que tienen algo de flan, algo de pudín”. Cirilo Villaverde en Cecilia Valdés, cumbre de la narrativa cubana en el siglo XIX, habla de las yemas azucaradas que se degustan al final de un sarao en una casa de bailes. Y Juan Criollo (1928) la novela de Loveira, es todo un muestrario en lo que a los dulces cubanos más populares se refiere.

            La incorporación masiva de la mujer al empleo y la aceleración del ritmo social, restan al cubano de hoy ganas y tiempo para la cocina. Para qué pasar horas delante de un fogón si el dulce puede adquirirse hecho. Los hay excelentes, en conservas y no. Pero por esa vía quedan cada vez más lejanos el boniatillo, el cusubé, la mala rabia, los alfajores de dulce de leche… aquellos postres caseros en los que tanto se esmeraba la abuela.

            El origen de la repostería cubana se pierde en la noche de los tiempos. Una fecha, sin embargo, debe tomarse en cuenta. En 1528 llega a Cuba un tal Francisco de Soto y lo hace precedido de una Real Cédula en la que Carlos V ordena a las autoridades coloniales que lo favorezcan y ayuden. Se trata de un repostero famoso y de postín que sirvió a la reina Isabel la Católica y al rey Felipe el Hermoso, abuela y padre del Emperador, y aunque es de suponer que no vino con la pretensión de hacer dulces, sino de enriquecerse con las mercedes de tierra y las encomiendas de indios, es bueno pensar que puso lo suyo en el fomento de la repostería criolla. De una manera o de otra, el primer postre que se registra en la crónica cubana es el manjar blanco. En 1579 ese platillo, en el que se enmascaró una dosis pertinente de arsénico, causó la muerte de Francisco de Carreño, gobernador general de la Isla, en lo que es el primer crimen político que se cometió en Cuba.

            El azúcar forma parte de nuestra cultura alimentaria. La preferencia por el dulce, propiciada por la industria azucarera,  es una de las constantes del paladar cubano. Se instala por vía de la esclavitud cuando el esclavo doméstico se hizo cargo de la cocina de los amos. Es entonces que la cocina en la Isla empieza a dejar de ser española para comenzar a ser otra cosa. Los cocineros europeos fueron  excepcionales durante la Colonia; en cambio, muchos cocineros negros, en esa etapa y aun en la República, viajaron a Europa con sus patronos, lo que les permitió contrastar experiencias, ampliar conocimientos y perfeccionar técnicas y estilos.

            Los dulces cubanos han pasado a la literatura y al testimonio.  Alucinan a la Marquesa de Calderón de la Barca a su paso por La Habana y así lo dice en un libro publicado en 1843. “El postre aquí resulta una curiosidad por lo variado y numeroso”, escribe. En su libro De bandera a bandera (1889) Eliza McHatton-Ripley, una norteamericana avecindada en la capital cubana, alude a los dulceros, aquellos vendedores ambulantes que “traían pequeños cuencos y tazas de confituras, conservas de guayaba y mango, coco rallado cocido con azúcar y un delicioso flan de leche de coco…”  A comienzos de la centuria pasada eran muy buscados y celebrados los dulces y helados que elaboraba la familia Carrillo en su casa de la habanera calle de la Picota. Confeccionaban toda una gama de la repostería criolla que encandilaba los ojos y aguaba la boca: besitos, viuditas, crocantes adornados con cabellos de ángel, pastillitas de leche… Entonces, los helados se hacían con hielo picado, sal en grano y mucha fuerza de brazo en grandes sorbeteras y las almendras ya peladas se dejaban serenar antes de majarlas con mano de hierro en el mortero de mármol para confeccionar los quesitos.

            Por mucho que coma, el cubano promedio siente que le faltó algo si no tuvo en su mesa una generosa ración de arroz. Algo similar sucede con el dulce. En Morder las bellas rocas, de Lisandro Otero, conversan dos mujeres:

            “Tengo hambre.

            “Pero si acabas de almorzar –dijo la flaca.

            “Es que no comí postre. Cuando no como postre siento que no hubiera comido”.

           

            http://wwwcirobianchi.blogia.com

           

           

           

 

Torrejas

Torrejas

Silvia Mayra Gómez Fariñas

maygofar@gmail.com

4 Servicios

 

Ingredientes:

Una barra de pan, ½ litro de leche, 5 huevos, 230g de azúcar,  230g  de manteca o aceite, 1 cucharadita de vainilla, 2 cucharadas de vino seco, 1 cucharadita de canela.

Almíbar: 460g  de azúcar blanca, 1 limón, 1 tira de canela en rama, 1 cucharadita de vainilla, ¼ litro de agua.

Preparación:

Corte el pan en rebanadas de 1centímetro de grosor. Prepare una mezcla con la leche, 3 yemas de huevo, el azúcar, la vainilla, el vino y la canela. Pase por esta mezcla las rebanadas de pan y déjelas 15 minutos en ella. Aparte,  prepare un batido con las tres claras y los dos huevos restantes y pase por ese batido  las rebanadas de pan. Fríalas en aceite  caliente. Póngalas en una fuente.

Eche en una  cacerola  el agua, el azúcar, cáscaras  y  gotas de limón y la canela y ponga a hacer el almíbar. Añádale la vainilla al bajarla del fuego. Cubra con el almíbar las torrejas.

Bizcocho casero superfácil y rápido (1 HORA EN TOTAL). Versión Vesania.

BIZCOCHO CASERO.- VERSIÓN VESANIA.

INGREDIENTES:

HUEVOS, HARINA, AZÚCAR, 1 YOGUR NATURAL, LEVADURA, ACEITE OLIVA. CHOCOLATE EN POLVO (NO ES OBLIGATORIO).

PREPARACIÓN:

1º) calentar el horno a 180ºC
2º) echar en un cuenco grande (como para ensalada):

4 huevos,

1 yogurt natural no azucarado (GUARDAR EL VASITO COMO MEDIDA PARA EL RESTO DE INGREDIENTES)

3 "yogures" de harina (yo pongo integral),

2 "yogures" de azúcar (yo pongo de moreno de caña),

1 "yogur" de aceite de oliva virgen

y un sobre de levadura royal.


3º) Versión VESANIA.
-yo añado medio yogur de chocolate en polvo, amargo de Mendaro, un "yogur"  de agua y un "yogur" adicional de azúcar por ser el cacao amargo.

Este tercer punto lo tendréis que ir modificando según el cacao que pongais, si es dulce, más azúcar, o mas o menos agua etc. será cuestión de ir probando.
También se puede hacer sin añadir nada del 3er, punto y sale un bizcocho tradicional, que también está muy bueno.

O ponerle una cucharadita de canela, o rayadura de limón o manzana a dados o lonchas, que sale muy rico también ( en este punto hay que añadirle 10 o 15 minutos mas de coccion).


4º) Se bate bien con el minipimer (batidora, cuchillas o como lo llameis).
5º) Se forra una fuente con papel de aluminio, de tamaño mediano-grande, de manera que al verter el bizcocho ocupe como dos dedos de altura, y queden al menos otros dos dedos libres para dejar hueco a que suba.
6º) Se hornea, SIN ABRIR LA PUERTA DEL HORNO, durante 45 minutos ininterrumpidos a 180ºC.
7º) Se apaga el horno y se deja 5 minutos más.
8º) Se abre la puerta del horno y se deja dentro otros 10 minutos más.
9º) Se deja enfriar y se sirve. Yo para que no se me seque, cuando lo saco del horno lo envuelvo bien en papel de aluminio, o si es para consumirlo en casa a trocitos en el desayuno, lo corto en dados y lo embolso en caliente, y así está más jugoso.

Bueno, creo que no me dejo nada, espero que os salga buenísimo, ya veís que está chupao, y se hace "solo" sin preucuparse de él, y con ingredientes que siempre suele haber por casa.
Besos.

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La página web es un tanto complicada y pide demasiados datos en mi opinión... pero ya se puede pedir la deliciosa trenza desde cualquier sitio, y eso es una gran noticia.

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